Guisella Andreis, de la Agencia Colombiana para la Reintegración, afirma que la política de reintegración en Colombia, es una normativa que desde hace 10 años ha permitido  que 55.800 hombres y mujeres dejen los grupos armados ilegales al margen de la ley, la cual está basada en una estrategia sostenible a largo plazo que busca la construcción de proyectos de vida de las personas que han dejado las armas, proyectos que deben estar orientados en la legalidad y que buscan la conformación de nuevos ciudadanos.

En referencia a los procesos de desmovilización, se establece que existen diferencias profundamente conceptuales entre los procesos actuales que van desde el año 2003 hasta la fecha y los procesos de desmovilización de los años noventa. Cuando se hace referencia a la desmovilización de los años noventa, no hablamos de reintegración, hablamos de un momento de reinserción, es decir, un proceso que es  entendido en el contexto internacional y en la  teoría de desarme, desmovilización y reintegración como un proceso de corto plazo orientado a medidas humanitarias y de sostenibilidad de las personas excombatientes.

 

La reintegración entonces, es un esfuerzo de largo plazo que en promedio dura de seis años y medio a siete años, dependiendo el caso específico del individuo, quien decide finalmente cómo crear las expectativas y acompañar los procesos de dejación de armas, pero sobre todo de construcción en la ciudadanía y del ejercicio de ciudadano.

 

En el caso de la reintegración de mujeres, lo que se busca es recuperar la feminidad, que la persona recupere su autoestima y se pueda evidenciar en las actitudes cotidianas.